La otoplastia es una
intervención sencilla con la cual se
resuelven las deformidades de la
oreja; estas pueden ser muy variadas
desde la ausencia total de la oreja
(microtia) a simplemente una
proyección muy notable de la misma.
La otoplastia más frecuente es la
operación de orejas despegadas
(separadas, prominentes, en asa). El
cirujano realiza una incisión detrás
de la oreja para exponer y remodelar
el cartílago. Existen técnicas para
la otoplastia sin incisiones y
simplemente se utilizan suturas
permanentes que se colocan tras la
oreja bajo la piel para ayudar a
mantener la nueva forma de la oreja
en su lugar.
La existencia de unas orejas
prominentes es una de las
alteraciones estéticas faciales más
evidentes, a la vez que una de las
más fáciles de corregir. Sin
embargo, esta alteración puede
condicionar nuestra cara, y nuestra
relación social, hasta el punto que
en muchas ocasiones su corrección se
realiza en edad infantil.
Este procedimiento quirúrgico no
mejora la audición del paciente,
pero si su autoestima.
Generalmente, es una cirugía que se
realiza a partir de los 4 años que
es cuando las orejas se han
desarrollado completamente.
Es una cirugia ambulatoria que dura
aproximadamente una hora y se
realiza con anestesia local y
sedacion o anestesia general (niños)
En la primera consulta, el Dr
Sarmiento realizará una evaluación
del problema y recomendará la
técnica más efectiva para su caso.
También le proporcionará las
instrucciones para prepararse para
la cirugía que se realizara en una
clinica reconocida y habilitada para
este tipo de procedimientos.
A las 72 hs se le retirara el
vendaje que fue colocado para que
modele las orejas y curen en
posición correcta y el paciente
puede retomar sus actividades en
forma normal sin realizar esfuerzos.
Se coloca una cinta elástica durante
dos semanas para evitar que durante
el sueño se plieguen las orejas
hacia delante y los puntos se
retiran a los 7 dias de la cirugia.
Las complicaciones son infrecuentes
. Sin embargo, como en cualquier
otra intervención, existen riesgos
propios de una cirugía y
complicaciones propias de este
procedimiento. Un pequeño porcentaje
de pacientes pueden desarrollar un
hematoma, que se disuelva
espontáneamente o que precise
drenaje. Ocasionalmente, puede
producirse una infección del
cartílago que aumente el tejido
cicatrizal de la oreja; su
tratamiento consiste en la
administración de antibióticos; en
raras ocasiones puede ser necesario
el drenaje quirúrgico. |